De Aconcagua al sur

ENFRENTAMOS UN TÉRMINO DE TEMPORADA MUY COMPLEJO

El mercado norteamericano presentó una demanda muy superior a la oferta, lo que permitió niveles de precios nunca vistos para dicho mercado. Sin embargo, desde el punto de vista técnico, gran parte de la temporada se embaló fruta que en otra situación de mercado nos habría complicado de sobre manera.

De Aconcagua al sur los huertos presentaron vigores mayores a los que en promedio estábamos viendo las últimas temporadas para cada variedad en las diferentes zonas productivas, lo que se vio reflejado en que, en términos de manos de obra en follaje, se tuvieron que hacer -en promedio- 2 a 3 intervenciones adicionales a las que se realizaron la temporada anterior, para mantener un adecuado nivel de luminosidad en los huertos. Otro indicador de lo mismo es que, a final de temporada, terminamos aplicando menos del 60% del programa de fertilización nitrogenada planificado como total temporada.

CANTIDAD, CALIDAD Y CONDICIÓN DE FRUTA

Cantidad de fruta

Hay que separar variedades tempranas de aquellas de media estación a tardías. Las variedades tempranas, tales como Sable y Superior, presentaron calibres discretos y en más de algún huerto, niveles significativos de “Uvilla”, esto implicó una reducción importante del potencial productivo y de calidad de la fruta finalmente embalada.

Entre las variedades de media estación a tardías, los calibres y pesos de bayas obtenidos superaron lo estimado ya que en muchos casos se usó de referencia los valores obtenidos la temporada anterior. Esto explica en importante medida que los volúmenes finales embarcados estuvieran por sobre las proyecciones que liberó regularmente el Comité de Uva de Mesa para las producciones de la región de Valparaíso al Sur.

Calidad de Fruta

Brixs: La evolución de la acumulación de azúcar se manifestó mucho más lento y por ende, más tarde a lo proyectado inicialmente, en muchos casos -incluso- pudimos apreciar que la acidez de la fruta estaba por debajo de 0,5, mientras que los Brixs costaba que superaran los 16º. Lo anterior se manifestó con mayor intensidad en la región de O’Higgins, donde significó cosechar muy tarde y en muchos casos, con fruta de niveles discretos a bajos de grados Brixs.

Bayas acuosas:  Este es un enemigo presente, pero del que ha costado tomar conciencia de su impacto en la condición de arribo, el efecto en el cliente y la comparación con la fruta de la competencia. Este problema es más evidente en variedades blancas como Autumn Crisp y Sweet Globe, en las que, si bien podemos disminuir su incidencia con manejos técnicos, en el proceso de cosecha y limpieza no es fácil de pesquisar y eliminar, siendo un defecto que perjudica la nota al arribo.

Lo anterior puede ser aún más significativo dado que al ser variedades tardías, las bayas acuosas aumentan la probabilidad de fallar ante las inspecciones USDA para frutas con arribos post Marketing Order.

Deshidratación de escobajo: El vigor de los parrones, la ausencia de olas de calor como las de la temporada pasada y algunas mejoras en los procesos de post cosecha, en la gran mayoría de los casos, lograron que esta temporada la deshidratación del escobajo no fuera tan relevante o significativa como se ha visto en muchas variedades nuevas en temporadas anteriores. Esto no implica que debamos asumirlo como un problema resuelto.

Condición de Fruta

Entre los grandes dolores de cabeza de la temporada está la gran y permanente presión de Oidio en los huertos. Esta se presentó de forma transversal en todos los valles desde Atacama en adelante, lo que significó -por un lado- mermas importantes por fruta que no se cosechó, afectación cosmética y -por ende- de la calidad de las bayas. En muchas variedades, por ejemplo, Scarlotta, se manifestó en bayas faltas de color y con alta incidencia de blanqueamiento y escobajos que mostraron el problema en destino, afectando la calidad. Por sobre lo anterior y con mayor impacto, es que muchas de esas bayas con Odio desarrollaron partiduras que terminan siendo pudriciones.

Sin duda las pudriciones han sido las grandes protagonistas de los problemas que afectaron la fruta. Las floraciones tan extensas, con algún evento de lluvia tanto en flor como en cosecha, tuvieron gran impacto en la condición de la fruta. Es así que primero vimos niveles importantes de pudriciones en huerto y luego en packing, las que posteriormente se manifestaron en destino. Tanto pedicelares como las que se desarrollan en bayas topadas.

VARIEDADES DE PEOR Y MEJOR COMPORTAMIENTO

El desempeño de cada variedad es muy dependiente de las zonas productivas, del productor y las condiciones climáticas de desarrollo del cultivo, sin embargo, hay situaciones o condiciones en que las distintas variedades se comportan de mejor o peor manera. Sin embargo, sí es posible sacar algunas conclusiones por categoría.

En las variedades negras, en general, sobre todo de la región Metropolitana al sur, llevamos varias temporadas, con y sin lluvias, en que la condición de la fruta se ha visto deteriorada. Un ejemplo muy claro es Sable, variedad que ha sido afectada por lluvias cercanas a cosecha. Pese a que en muchos casos no vimos mayor afectación en origen, en destino las pudriciones fueron evidentes, sobre todo en aquellas frutas embaladas con racimos más compactos y/o con presencia de algún grado de uvilla.

Las variedades tardías, especialmente en temporadas tardías como la pasada, se observa problemas de sanidad de los huertos, algún grado de emboscamiento, falta de brixs, presencia de reticulados en las cutículas, etc. Lo dicho se aprecia en mayor grado en las variedades blancas, que suelen ser más “acusetes” a este tipo de problemas. Entre las blancas más afectadas tenemos a Autumn Crisp y Sweet Globe; en tanto que, entre las rojas, a mi entender la más golpeada es Jack’s Salute.

En cuanto a las variedades de sabor, sobre todo las de media estación y tardías, como Cotton Candy, fueron pocos los casos en que se pudo cosechar con los parámetros de sabor y calidad deseados, sin afectar significativamente la calidad y condición de la fruta.

ÍNDICES DE MADUREZ DE LAS NUEVAS VARIEDADES

El adecuado índice de madurez es un aspecto de tremenda importancia ya que debe conjugar una serie de consideraciones, sobre todo por el hecho de que no necesariamente va de la mano lo que conviene desde el punto de vista técnico con lo que el cliente quiere o espera.

Cosechar fruta con 15 o 16 grados Brixs, la que normalmente presenta más acidez, sin duda puede lograr una mejor vida de post cosecha, no obstante, puede ser fruta que no tengan aceptación por parte del cliente.

En función de lo anterior, creo que hay que hilar más fino respecto de las variedades a trabajar, las zonas productivas, el mercado y para quienes estamos produciendo. En ese contexto debemos definir los parámetros, ajustar Brixs/Acidez y realizar un monitoreo permanente de dicha relación.

MÁS ALLÁ DE LOS BUENOS PRECIOS DE LA TEMPORADA

Más allá de que gran parte de la temporada, incluso hasta fines de abril, en destino enfrentamos un mercado norteamericano con una demanda muy superior a la oferta, lo que permitió niveles de precios -prácticamente- nunca vistos para dicho mercado; desde el punto de vista técnico no debemos olvidar ni omitir el hecho de que gran parte de la temporada se embaló fruta que, en otra situación de mercado, nos habría complicado de sobre manera y desde muy temprano en la temporada.

Sin embargo, al momento de escribir este artículo (fines de mayo) estamos enfrentado un término de temporada muy complejo. A esta altura la fruta que hasta finales de abril corrió muy rápido en destino, aparte de tener que ser aprobadas por el USDA para su comercialización, el stock y la condición de la de fruta, más la presión de la fruta “fresca y sana de México”, hace que las uvas chilenas presenten mucho rechazo de los clientes y que los Re Packs no den abasto para poder limpiar fruta. Debemos reflexionar cómo enfrentar futuras temporadas con similares características.