Esta temporada sabemos no ha sido para nada fácil en el mundo de la uva de mesa, por eso quisimos tomar el pulso y preguntarle a los diferentes actores del rubro: productores, empresas de agroquímicos, empresas de abastecimiento de materiales, opiniones técnicas a través de los asesores y también desde el ámbito de la mano de obra… ¿Qué nombre le pondrías a esta temporada?.

  

  

Carolina Cruz, presidenta de Uvanova manifestó que en: «Los últimos años la situación para los productores de uva de mesa en Chile se ha ido complejizando, esto atribuible a varios factores, dentro de ellos lo más importante es la megasequía que ha venido durante una década afectando las distintas zonas productivas de Chile, además de los embates climáticos que se mostraron con mucha fuerza, sobre todo en la última temporada con lluvias nunca vistas en época previo a cosecha que abarcaron tres de las principales zonas productivas de uva de mesa en Chile. Los registros de precipitaciones llegaron hasta 100 mm en algunos sectores. Si a esto sumamos además lo complejo que ha sido la consistente baja en la oferta de mano de obra, que se agudizo aún mas por la pandemia y la fuerte competencia comercial con países del hemisferio sur , el panorama es al menos inestable. De ahí que mi nombre para esta temporada es vertiginosa, con altos y bajos como en una montaña rusa».

«No hay mal que por bien no venga» señaló Sebastián Brown, gerente de producción agrícola Brown, «ojalá el bien que está por venir sea proporcional a todo lo malo que ha pasado esta temporada, como la pandemia por C-19 , mano de obra, lluvias, tienes arribos que son un desastre, por más que se hayan tomado todas las medidas, temas de empresas de agroquímicos con productos con problemas. Todo lo que ha pasado en la historia de la fruticultura está concentrada en esta temporada».

Por su parte el miembro y Director de Uvanova, Alvaro Azancot, apeló a dos conceptos: «Desafío frente a una situación que ninguno de los actores habíamos vivido nunca, ni tampoco habíamos vislumbrado como avant premiere. La segunda es develación, creo que fue un revelar la realidad de la industria con todos los puntos flacos, en términos de toma de decisión, de infraestructura, de logística, etc. Pero me quedaré con la clásica imagen de los 3 monitos (el que no quiere escuchar, el que no quiere ver y muchas veces no quiere emitir ningún tipo de palabra). Creo que nos encontraremos con muchas sorpresas con un resultado no muy feliz en muchas de las situaciones y el tema de la comunicación frente a crisis como estas, es clave. La industria debe mirar y escuchar . Muchos corrieron con banderas propias, hubo probablemente acciones acertadas y otras para nada correctas.

Otros integrantes de Uvanova como Christian Urban, miembro director y gerente comercial de Frutera Santa María, señaló que esta temporada fue: «Desastrosa y furiosa, donde podemos sacar muchas lecciones, uno de los más grandes aprendizajes debe ser no exportar fruta con la que tengamos la más mínima duda de cómo va a llegar a destino». También presente desde Iqonsulting, su directora Isabel Quiroz, la llamó «Estocada letal “,  producto de la situación climática que impactó a la uva de mesa en plena cosecha». Por su parte, Victor Giancaspero, asesor de uvas y director de Uvanova, dijo que la «Temporada de uvas fue difícil y dolorosa. Debemos trabajar como industria o desaparecemos». Oscar Salgado, director de abastecimiento de uvas,  la llamó la juguera: «Está todo tan mezclado que cuando decante lo hará en distintas etapas. Una parte buena y una borra que va a ser un desastre. Se van a estratificar los resultados en cosas aceptables, cosas manejables y real desastre». Y a las opiniones de nuestro equipo, también fue el Ph.D. Especialista en postcosecha de frutas y cadena de frío,  Luis Luchsinger,  quien le dio nombre a esta temporada: «Resiliencia, pero con visión de futuro. A replantearse cómo seguimos. Si seguimos haciendo más de lo mismo, no obtendremos resultados distintos».

Bajo los parrones nos dio su opinión, Héctor Pizarro, jefe de campo en la V región: «Para mi ha sido un desafío total, tanto por el estallido social como la pandemia. Esto trajo consecuencias en la baja disponibilidad de mano de obra, existió demasiada rotación; por ejemplo, si en algún momento teníamos 180 personas a la otra semana podía variar en 120, ratificando lo que dice la industria de un 30% menos».

Desde las agroquímicas conversamos con Paulo Rivara, marketing manager de Syngenta, quien le pone una cuota de optimismo a todas estas situaciones: «Desde el punto de vista de los agroquímicos y fitosanitarios en general, veníamos con un cierre de año a diciembre muy malo por la sequía, donde los fungicidas en general venían a la baja, ya que no había condición para enfermedades, no así los insecticidas que claramente al ser año de sequía la población de plagas se incrementó rotundamente. Muchas de las empresas de agroquímicos al ver estas estimaciones a la baja disminuyen las proyecciones de importar productos. En nuestro caso no fue así, nos aseguramos con stock para poder absorber un upside eventual y en ese sentido lo que hicimos fue salir a apoyar a los agricultores, contábamos con disponibilidad de producto y lo entregamos abiertamente en concesión a toda la distribución para que nadie se quedara sin protección. Para la venta tratamos de coordinar con especiales, asesores e investigadores actividades que fuesen en apoyo de la industria, entregando herramientas desde cómo puedo llevar a cabo toma de muestras en huerto para realizar pronóstico de botritis hasta apoyar con análisis de laboratorios de manera totalmente gratuita para los productores. De esta forma podían dirimir con mas herramientas que parrón estaba en mejor o peor condición».

 «De la incertidumbre máxima, al éxito inesperado», señaló el gerente general de Mip Agro, Sebastián Jimenez, «Este año todas las empresas de insumo vendieron más que nunca, aumentaron sus ventas por factores de apuesta de los agricultores a tener buenos precios por los mercados necesitados de alimentos y los eventos climáticos impensados adversos. Si bien hubo mucha incertidumbre, ya que fue difícil salir a terreno por la pandemia, al final resultó para nosotros muy favorable».

Fue «La tormenta perfecta”, dijo Mario Soza , gerente general de Geofrut, «Partimos con problemas de mano de obra ya en la cosecha de cerezas y arreglos de racimos en uvas, problemas de precio y venta de la cereza, después la lluvias de enero, donde tuvimos que tomar la decisión de dejar cuarteles de uva de mesa completamente perdidos. Lo anterior también afectó a algunas variedades de carozo que se perdieron completas y nuevamente problemas en la mano de obra para los packing y cosecha de uva que también nos afectaron muchísimo. La temporada más difícil que me ha tocado enfrentar en la vida.

Para cada actor fue un desafío, sin duda, el llamado es a reinventarnos y aprender las lecciones que nos dejó esta temporada. Y ahora cuéntanos…

Y tu

¿Qué nombre le pondrías a esta temporada?

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